
El PRI, PAN y PRD aprobaron las reformas estructurales. José Antonio Meade Kuribreña, Ricardo Anaya Cortés y Margarita Zavala Gómez del Campo, aprueban y respaldan las reformas estructurales.
Dichas reformas representan contrareformas constitucionales que revierten las conquistas sociales de la revolución mexicana. En materia de derechos sociales y laborales, nos regresaron al porfiriato.
La reforma laboral cancela el derecho a la jornada laboral de 8 horas, el derecho a la organización independiente de los trabajadores y trabajadoras, cancela el derecho a la jubilación, cancela prestaciones laborales y condena a salarios y pensiones miserables.
La reforma energética revirtió la expropiación petrolera y la nacionalización de la industria energética. Entrega la riqueza energética del país a las trasnacionales, desmantela la planta productiva del país y destruye las capacidades para generar tecnología e innovar.
La reforma educativa vulnera el derecho a la educación pública, laica y gratuita. Transfiere a los padres los gastos de mantenimiento de las escuelas públicas. Fomenta la creación de escuelas privadas y con educación religiosa.
¡Basta de tiranía y opresión!
¡Necesario refundar la República. Indispensable instaurar la República de los trabajadores y trabajadoras!